Dos Tablas de Piedra

Deuteronomio 4:13

 "Y Él les declaró su pacto, el cual les mandó poner por obra:

esto es, los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra."

Después del Éxodo los israelitas enfrentaron al poderoso Creador cuando se bajó de su trono celestial para habitar en las densas nubes sobre el monte Sinai y hablar con su pueblo. 

¿Que fue el propósito de este encuentro temeroso? Dios había llamado y rescatado a Israel, un pueblo no muy impresionante, para ser su nación especial, "la niña de sus ojos" (Deu 32:10). Estaba cumpliendo sus promesas a su antepasado, Abraham, por hacer de su descendencia una gran nación, a través de cual iba bendecir a todas las naciones del mundo (Gen. 12:2-3). En el monte Sinai Dios estaba formando esta nación oficialmente.

¿Y que esperas encontrar en la formación de una nación?  Una constitución, o sea, un documento legal que constituye una sociedad oficialmente. 

Esta es lo que vemos en Deuteronomio 4:13. En las dos tablas de piedra fueron escritas las diez palabras, los términos fundamentales de su pacto con Dios.

Muchos se han equivocado por pensar que en la primera piedra fueron escritos los primeros 4 mandamientos, y en la segunda fueron escritos los últimos 6. Pero no fue así. 

Mas bien, escolares del antiguo medio oriente han descubierto que durante de la ceremonia de hacer un pacto entre dos partes, dos copias enteras de los términos fueron escritas en tablas de piedra. El propósito fue esto: dar a las dos partes un recordatorio fuerte de las estipulaciones de su acuerdo. 

En Deuteronomio 10:1-2 vemos que las copias fueron depositadas en la arca del pacto con este propósito. Moises dice, "el SEÑOR me dijo: “Talla dos tablas de piedra iguales a las primeras, y haz un arca de madera; después de eso, sube a la montaña para que te encuentres conmigo. Yo escribiré en esas tablas las mismas palabras que estaban escritas en las primeras, y después las guardarás en el arca.” El arca del pacto iba ser el reposapiés para el Rey de Israel, cuyo trono esta en los cielos. 

Entonces, las copias en el arca recordaba a Israel y a Dios de sus promesas y su relación. Tambien fue el lugar donde sangre de sacrificios fue rociada para perdonar a Israel por sus fracasos. 

Pero en la historia de la Biblia Israel rompió su pacto con Dios totalmente (Osea 6:7). Perdieron su copia, el templo fue destruido, y fueron exiliados. Es una lección para toda la humanidad que con la naturaleza pecaminosa, somos todos incapaces de cumplir con los términos santos de tal pacto con Dios. 

Para redimirnos de este apuro, el Rey de Israel decidió bajarse de su trono para derramar su propia sangre en la cruz. Figuradamente, el Rey puso su cabeza sobre su propio reposapiés para estar ejecutado y así perdonar a su pueblo por sus fracasos. El resultado de su sacrificio fue el establecimiento de un nuevo pacto permanente e imperecedero. 

¿Donde están las copias de este nuevo pacto? ¿Donde esta la constitución del pueblo de Dios renovado que consiste de toda tribu y nación? Las copias del pacto, sus términos santos, están depositados en los corazones de su pueblo. 

Esta fue la promesa que declaró el profeta Jeremías, "éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días -- declara el SEÑOR -- . Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo" (Jer 31:33). 

Ahora, gracias al Leon de Judá que fue sacrificado como el Cordero de Dios, sus creyentes llevan el recordatorio de su pacto de gracia en nuestro corazón. Ademas, por Su Espíritu, Cristo ha derramado Su amor que nos aviva para poner por obra su ley de amor. ¡Que vivamos dignamente de su amor!

AMEN

-Taylor Kern

 

Taylor Kern