Redención de Angustia

Salmo 25:12-21

12 ¿Quién es el hombre que teme al SEÑOR? Él le instruirá en el camino que debe escoger. 13 En prosperidad habitará su alma, y su descendencia poseerá la tierra. 14 Los secretos del SEÑOR son para los que le temen, y Él les dará a conocer su pacto. 15 De continuo están mis ojos hacia el SEÑOR, porque Él sacará mis pies de la red. 16 Vuélvete a mí y tenme piedad, porque estoy solitario y afligido. 17 Las angustias de mi corazón han aumentado; sácame de mis congojas. 18 Mira mi aflicción y mis penurias, y perdona todos mis pecados. 19 Mira mis enemigos, que son muchos, y con odio violento me detestan. 20 Guarda mi alma y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti me refugio. 21 Que la integridad y la rectitud me preserven, porque en ti espero. Oh Dios, redime a Israel de todas sus angustias. 

 

Esta vida bajo el sol esta llena de angustias, y si sigues a Jesus el Mesías, tendrás aun mas (Fil. 1.29).  En este salmo David esta luchando con dos verdades paradojas:

  1. En general bondad sigue los que temen al SENOR (v.12-14) 
  2. Su propia experiencia de angustias aumentando (v.15-19)

Su experiencia fue tan difícil porque temía al SENOR. De ninguna manera se consideraba inocente (v.11, 18), pero no era como sus enemigos (v. 19). 

Tal vez así te sientes en este momento de tu vida, afligido y solitario. Tus angustias están abriendo mas y mas amplias como una herida abierta que se esta infectando tu corazón. ¿Como respondes?

Es fácil quejarnos y ponernos amargados con Dios y con los demás. Es porque la amargura se ocurre naturalmente cuando nuestra perspectiva solo incluye las circunstancias de la vida. Pero si levantamos nuestros ojos de la situación hacia el SEÑOR (v.15), vemos que El es capaz de sacarnos de nuestra miseria, que es como una "red" que agarra a nuestros pies sin soltarlos. 

En las últimas lineas de su poema, escuchamos dos peticiones que necesitamos orar durante tiempos de angustia: 

  1. Protección de si mismo (v.20-21a) 
  2. Redención final (v. 21b)

En otras palabras, mientras sufro por Tu nombre, guardame con integridad y rectitud. Pero, por favor, interven aun mas para sacar tu pueblo del sufrimiento. 

Jesus, el ungido rey de Israel, Hijo de David y de Dios, era el sufridor inocente. Temía a Dios con todo su corazón, pero en la cruz su angustia fue aumentada a extremidades tan amplias que ni podríamos imaginar su dolor. Fue preservado con integridad y rectitud, pero su Padre no intervino para sacarlo del sufrimiento.

¿Por que? Dios "no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros (Rom 8:32). Y tenemos la promesa en Jesus que un día venidera Dios "enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado. Y el que está sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas."(Apoc. 21:4-5) 

Hasta aquel dia glorioso, que Dios te preserve en integridad y rectitud, y que ponga sus ojos en el Mesías que sufrió por ti. AMEN. 

-Taylor Kern

 

 

Taylor Kern