Dios de las venganzas

Salmo 94:1-11

1 Oh SEÑOR, Dios de las venganzas, oh Dios de las venganzas, ¡resplandece!
2 Levántate, Juez de la tierra; da su merecido a los soberbios.
3 ¿Hasta cuándo los impíos, SEÑOR, hasta cuándo los impíos se regocijarán?
4 Charlan, hablan con arrogancia; todos los que hacen iniquidad se vanaglorían.
5 Aplastan a tu pueblo, SEÑOR, y afligen a tu heredad.
6 Matan a la viuda y al extranjero, y asesinan a los huérfanos.
7 Y dicen: El SEÑOR no lo ve, ni hace caso el Dios de Jacob.
8 Haced caso, torpes del pueblo; necios, ¿cuándo entenderéis?
9 El que hizo el oído, ¿no oye? El que dio forma al ojo, ¿no ve?
10 ¿No reprenderá el que castiga a las naciones, el que enseña conocimiento al hombre?
11 El SEÑOR conoce los pensamientos del hombre, sabe que son sólo un soplo. 

Al escribir esto, mi corazón me duele mucho. Pero ni puedo imaginar que tan doloroso este el corazón de las familias que perdieron sus queridos este lunes pasado en Las Vegas (10/2/2017).

¿Según la biblia, como debemos pensar de lo que ocurrió? 

Muchas veces escuchamos de otros cristianos la llamada al perdón. ¿Pero es siempre lo que debemos pedir? Yo creo que no. 

En este salmo 94, que fue inspirado por el Espíritu Santo, el salmista esta en aflicción y pide que el Dios de las venganzas resplandezca (94:1). Esta pidiendo que la luz de Su justicia aparezca para juzgar la maldad que existe en este mundo. 

Luego pide que Dios de a los soberbios (orgullosos) su merecido (94:2). Sin remordimiento, el salmista esta buscando que Dios se vengue de la injusticia en contra de los inocentes (94:3-6). 

Lo que vemos en este salmo es un conocimiento del Dios bíblico que muchas veces nos falta hoy día. Es el hecho que Dios es justo, odia el pecado destructivo, y va a castigar toda la maldad en el ultimo día.

Es cierto que servimos al Dios compasivo, pero esta realidad no niega que es el Dios justo también. 

Así se reveló a Moisés en Éxodo 24:6-7 "El SEÑOR, el SEÑOR, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad; el que guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, y que no tendrá por inocente al culpable; el que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación." 

Entonces, es bueno y cristiano que sintamos el enojo justo y el lamento sin quejarse, al considerar todo tipo de maldad. Ademas, esta bien pedirle que Dios se vengue de la injusticia, como de esta tragedia de Las Vegas (Genesis 9:6). 

¡Que Dios le de a Stephen Paddock su merecido por asesinar a 59 otros imágenes de Dios y lastimar a quinientos más!

En momentos como este, hay que acordarnos de que toda maldad que vemos es como un virus extraño a la creación buena de Dios. No es una enfermedad única a un hombre sino es evidencia fuerte de la enfermedad universal que la humanidad introdujo en el principio. La injusticia esta opuesta a la naturaleza bondadosa de Dios y por eso el la odia. Seguramente en su justicia Dios va a quitarla completamente. 

¿Como?

Primero, hace 2 mil años en la cruz, Dios mismo en la persona de Jesucristo, sufrió el merecido de los suyos - los que fueron elegidos en El desde antes la fundación del mundo por su amor y gracia (Efesios 1:3-14). Es solamente por esta razón que los cristianos, igualmente pecadores, no temen su juicio final. Porque ya no hay condenación para los que están en Cristo Jesus (Rom. 8:1). 

La otra manera que Dios se va a vengar de la maldad, es por castigar a los incrédulos eternamente en el infierno - "la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes” (Mat 25:30).  

No es necesario siempre perdonar a los demás. Solo es necesario perdonar a otros creyentes cuando se arrepienten (Lucas 17:3-4). Lo que siempre es necesario hacer es dejar la venganza a las manos de Dios, en lugar de levantar la espada de jucio nosotros mismos. 

Por esto Pablo dice en Romanos 12:19, "No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré», dice el Señor." 

AMEN.