Adoración y Consumismo

 

Deuteronomio 12:29-31

Ante tus propios ojos el Señor tu Dios exterminará a las naciones que vas a invadir y desposeer. Cuando las hayas expulsado y te hayas establecido en su tierra, después de haberlas destruido cuídate de no seguir su ejemplo y caer en la trampa de inquirir acerca de sus dioses. No preguntes: “¿Cómo adoraban estas naciones a sus dioses, para que yo pueda hacer lo mismo?” No adorarás de esa manera al Señor tu Dios, porque al Señor le resulta abominable todo lo que ellos hacen para honrar a sus dioses. 

Los israelitas estaban al punto de entrar una cultura pagana y opuesta a Dios, la tierra de los cananeos. Dios queria que no imitaran los paganos en su manera de adorar. Hoy dia, la cultura en que ya estamos es pagana y opuesta a Dios. Y esto ha tenido un gran efecto en la vida de cristianos y la iglesia también.

En la edad media, antes de la Reforma, solo existía una iglesia. Si fueras un campesino de un pueblo, solo existía un carnicero, un barbero, y un lechero. No hubo miles de opciones. La vida fue más sencilla en este sentido. Por tanto, la comunidad estaba al centro de su pensamiento, en lugar del individuo, porque todos dependían unos de otros.

Ahora, después de la revolución industrial, el individuo esta al centro del pensamiento porque ya no dependemos de la comunidad como antes. Hoy tenemos miles de opciones para elegir nuestra propia identidad según nuestras preferencias. Esto se llama el consumismo.

En el consumismo el consumidor manda. Las preferencias, opiniones, deseos del individuo son más importantes.

¿Como piensa este ambiente de consumismo afecta nuestro tratamiento de la iglesia?

Pues, asumimos que la iglesia debe sujetarse a nuestras preferencias personales. Asumimos que nuestro individualismo es más importante que el SENOR y su comunidad. Por esto nos quejamos de todo que no nos conviene y luego buscamos otra iglesia que ofrece lo que nos   Tratamos a la Iglesia como si fuera un Starbucks.

Es el mismo problema que iban a confrontar los israelitas. En versículo 8, Moisés les dice, “De ninguna manera harán lo que hacemos aquí hoy, que cada cual hace lo que le parece bien a sus propios ojos.”

Sobre este punto, un autor dice, “Por mover el enfoque lejos del punto central de Jesús a los “caminos” variables de los individuos, las iglesias pierden su dirección y se ponen inestables. Cuando una iglesia se enfoca más en las demandas de la gente para que la iglesia se conforme a sus preferencias (estilo de música, duración del sermón, marca de café, etcétera), en lugar de las demandas de las Escrituras para la gente, tales iglesias pierden su poder de transformarnos y atacar nuestros ídolos personales. Tales iglesias se convierten en un producto que se compra, se consume, y luego se abandona cuando otro más brillante, más de moda, y más “relevante” aparece.” 

Este es el ambiente en que estamos. Tu y yo batallamos con esta tendencia de tratar a la iglesia como cualquier producto del mercado. Pero no es cualquier producto. Es la preciosa esposa del SENOR, lavado de toda mancha por su sangre derramada y adornada en la perfeccion de su justicia. Nosotros no mandamos en la iglesia, porque no pertenece a nosotros. Solo hay un SENOR de la iglesia, y solo el manda como se debe ver su adoracion. 

El sociologo Charles Taylor dice que la “la insatisfacción perpetua con el consumismo” nos deja con la “sensación que haya algo mas allá de lo que buscamos.” El sugiere que esto puede dirigirnos a una comunidad más sólida y estable. Así describe una iglesia abajo el señorío de Jesús en medio del ambiente actual:

“El simple hecho que sus formas esenciales no están exactamente en armonía con mucho del espíritu de la época; un espíritu en la cual muchos sienten encarcelados, y sienten la necesidad de soltarse; el hecho que la fe nos conecta con antepasados de siglos antiguos; esto puede por lo largo del tiempo traer a la gente.” 

Básicamente está diciendo esto:

Una iglesia que se somete a las demandas antiguas de las escrituras, de Cristo, mantiene un estable testimonio en medio de las preferencias variables de los individuos.

Como uno de mis profesores decía, “Una iglesia que solo se enfoca en la relevancia va a perder su relevancia.” La relevancia de la iglesia es su mensaje distinto y poderoso y su adoración que busca ser agradable al SENOR, en lugar de agradable para los individuos

Estamos en un ambiente de consumismo y Jesús es el SENOR de nuestra adoración. Por esto, debemos escuchar y aplicar Hebreos 12:28-29 en la estructura de nuestra adoracion: “Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente, porque nuestro «Dios es fuego consumidor».

AMEN

Taylor Kern